La Biología es la ciencia que estudia a la vida y por tanto los fenómenos y procesos que ocurren en los seres vivos. Hay quienes piensan que la Biología existe desde el momento en que el ser humano entra en contacto con la naturaleza y tiene el interés por conocer los distintos animales y plantas que lo rodean. Al asumir este punto de vista lo que no se valora es que toda esta actividad de búsqueda, acumulación, ordenamiento de información y conocimiento, no posee el estatuto de cientificidad. El criterio de “cientificidad”, es decir, del tipo de conocimiento considerado como “científico” ha constituido, por lo menos a partir de Bacon y Hume, el centro de los más importantes debates en torno a la naturaleza de la ciencia. Para los positivistas lógicos de las primeras décadas del siglo XX el criterio de cientificidad radicaba en los “enunciados” científicos, siendo estos últimos los elementos de las teorías científicas. Los límites lógicos del inductivismo, y la incapacidad de verificación de muchos de los conceptos centrales de la ciencia, determinaron el descrédito de esta noción de “cientificidad”; todavía cercano a la tradición “logicista” de la ciencia. Quizás el criterio más importante—por sus implicaciones y el impacto que tuvo en el campo de la filosofía e historiografía de la ciencia- es la sustentada por Thomas S. Kuhn.Para él, el criterio de cientificidad deja de ser de tipo “lógico”, convirtiéndose en un criterio sociológico e histórico: Una teoría o enunciado no es científica “aisladamente” sino sólo si pertenecen a un “paradigma”. A su vez, la existencia de un paradigma unificado es lo que determina si una disciplina en particular constituye una ciencia o no. El paradigma kuhniano es una noción flexible y, hasta cierto punto, ambigua. Lo más importante es que el paradigma constituye una estructura o sistema —no un ente lógico aislado- de creencias compartidas por determinada “comunidad científica”. El paradigma incluye los problemas relevantes a resolver, las formas reconocidas como validas para solucionarlos, los procedimientos experimentales, los conceptos y teorías, los datos empíricos, los criterios y juicios de valor compartidos por la “comunidad” , etc. De esta manera, lo que se considera “científico” -o más en particular, lo “objetivo” — queda determinado por las convenciones de los miembros de la comunidad y, así, resulta imposible decidir la “superioridad” científica de un paradigma sobre otro.
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